Dios es más grande que tus problemas
Latin Campus
Las promesas de Dios a menudo pierden su poder en nuestras vidas porque Dios mismo se ha vuelto pequeño ante nuestros ojos.
Las promesas de Dios a menudo pierden su poder en nuestras vidas porque Dios mismo se ha vuelto pequeño ante nuestros ojos.
¿Por qué? ¿Por qué llorábamos de gozo y asombro mientras los demás no sentían nada? Nuestro llanto fue un don de Dios.
Tal vez mi negligencia ha sido una abandono del deber —poniendo prioridades menores por delante de Dios?